Desde dunas y faros hasta lagunas y fortalezas, Rocha invita a vivir un viaje donde el mar, la tierra y la cultura se encuentran. Un destino para saborear, explorar y reconectarse con la esencia del Uruguay. Con más de cien kilómetros de costa oceánica, Rocha está dentro de la reserva de biósfera Bañados del Este, declarada por la UNESCO en 1976. Cuenta con siete áreas protegidas, parques nacionales, pueblos con identidad propia y una gastronomía que celebra lo local. Rocha ofrece playas y experiencias completas para toda la familia: desde la Laguna Garzón y su emblemático puente circular hasta Cabo Polonio, La Paloma, La Pedrera, Punta del Diablo hasta Chuy, cada rincón invita a descubrir la diversidad y autenticidad del departamento.
El puente que une y protege: un símbolo de armonía
Si bien la Ruta 9 es el acceso más habitual a Rocha, ingresar por la Ruta 10 ofrece una experiencia única, escénica y plenamente conectada con el paisaje costero. Al llegar por la Ruta 10, uno de los accesos al destino es a través del Puente circular sobre la Laguna Garzón, una obra arquitectónica diseñada por Rafael Viñoly que no solo conecta Rocha con Maldonado, sino que se integra al paisaje como un ojo sobre el agua.
Este espacio forma parte de un área protegida de gran valor ecológico: la Laguna Garzón es reserva tanto terrestre como marina, con una rica biodiversidad que incluye aves, especies acuáticas y un entorno donde el ecoturismo responsable se convierte en oportunidad para conocer, cuidar y disfrutar con opciones de alojamiento, gastronomía y experiencias.
Las joyas costeras: La Paloma, La Pedrera y la Laguna de Rocha
Avanzando por la costa y pasando por la capital departamental, Rocha despliega algunos de sus balnearios más emblemáticos.
La Paloma, asentada sobre el Cabo Santa María, combina playas de arena suave y sectores rocosos con piscinas naturales, un faro histórico y ese aire relajado que solo los veranos largos pueden ofrecer. Es también un punto destacado para surfistas nacionales y extranjeros por la variedad de playas y la calidad de sus picos y olas. Sus atardeceres en las playas Sur, celebrados con aplausos, son parte de su identidad. El recorrido incluye paseo en bus turístico, miradores temáticos para contemplar el paisaje y la fauna marina, Puerto de La Paloma, ideal para comprar o degustar pesca artesanal y el Club Náutico Sudestada, donde se encuentra la playa accesible. Al atardecer, el centro se llena de vida con ferias, tiendas, gastronomía y una variada agenda cultural. La Paloma ofrece múltiples opciones de alojamiento y servicios, siendo un punto ideal para explorar todo el destino.
Muy cerca, La Pedrera encanta con su rambla frente al mar, sus formaciones rocosas y un ambiente relajado que conquista a quienes buscan desconectar con estilo, entre naturaleza, gastronomía y caminatas frente al océano. Es también un clásico destino surfer por sus picos desafiantes y su comunidad auténtica. En verano, suma una movida nocturna vibrante con ferias, cultura, tiendas, gastronomía, música en vivo y sunsets que definen su energía.
A apenas diez kilómetros se encuentra la Laguna de Rocha, Paisaje Protegido y uno de los ecosistemas más valiosos del país. Un espejo de agua donde habitan más de 200 especies de aves —muchas de ellas migratorias— y donde la pesca artesanal convive con el turismo responsable y la gastronomía local. Un sitio para contemplar la naturaleza en silencio, realizar paseos en bote, degustar sus sabores, y conocer la vida que se desarrolla alrededor del humedal.
En estos destinos, el visitante encuentra playas para todos los gustos y una amplia oferta ecoturística y deportiva: surf, kitesurf, trekking, vela, avistamiento de fauna, cabalgatas, entre otros para disfrutar en su máxima expresión.
En este circuito, Rocha ofrece otros rincones de serenidad como Punta Rubia, Santa Isabel y San Antonio, con playas amplias y tranquilas, cárcavas que modelan el paisaje, ideales para caminar, fotografiar y conectar con la naturaleza en su estado más puro.
Parque Nacional Cabo Polonio, Barra de Valizas y Aguas Dulces: bohemio, místico y maravilloso
Uno de los grandes tesoros de Rocha es el Parque Nacional Cabo Polonio, un lugar donde el tiempo parece detenido: sin calles asfaltadas y luz eléctrica las dunas se elevan como olas doradas frente al océano. Al caer el sol, la noche se enciende de estrellas y los destellos del faro crean un ambiente único, como canta Jorge Drexler, en “doce segundos de oscuridad”, la noche del cabo revelada en un inmenso radar, donde lo simple se vuelve extraordinario. Subir en vehículo todo terreno desde la terminal o a caballo y caminando desde Valizas, es una experiencia casi ritual: en el horizonte aparece el faro centenario, las colonias de lobos marinos y un paisaje que invita a la introspección, los cielos oscuros toman una belleza que trasciende lo imaginable.
Barra de Valizas, con una energía especial, difícil de explicar y fácil de sentir, ofrece un paisaje de dunas inigualable, el Cerro de la Buena Vista desde donde se domina el océano y los médanos que rodean la ensenada, la posibilidad de disfrutar de cabalgatas, sandboard, pesca y caminatas. La tradición pesquera y las recetas que nacen de la pesca artesanal y del camarón, forman parte de la identidad de quienes viven del mar, es imperdible su fiesta «Camaronada». Al caer la tarde, Valizas se transforma: la peatonal invita a caminar de chinelas entre micro toques musicales, tambores, artistas callejeros y una feria artesanal que late al ritmo de la comunidad.
A pocos kilómetros, Aguas Dulces ofrece el encanto de un balneario auténtico, con su amplia playa y con una historia ligada a manantiales y naufragios, mantiene una vida tranquila todo el año, animada por fiestas, artesanos y comercios locales. Se destacan la Gran Fiesta de los Frutos Nativos y las noches en Cachimba y Faroles, donde sabores, música y tradición crean un ambiente único.
En este circuito, también vale la pena visitar otros rincones de la zona: Oceanía del Polonio, con su playa amplia, cielos oscuros y bosques, ofrece un refugio sereno; La Esmeralda, tranquila y rodeada de pinos y acacias, conserva su espíritu natural y playas casi vírgenes; los Palmares de Rocha, alrededor de Castillos, combinan paisaje y cultura, cuna del fruto del butiá, una joyita local utilizada en la gastronomía rochense; y el Bosque de Ombúes, con senderos entre árboles monumentales, es ideal para caminatas, fotografía y conexión plena con la naturaleza.
Parque Nacional Santa Teresa, entre murallas, bosques y océano
Con más de 3.000 hectáreas de bosques, jardines y playas protegidas, el Parque Nacional Santa Teresa invita a recorrer senderos con invernáculos, sombráculos, zonas de picnic, miradores y espacios para acampar o alojarse en cabañas, lo que permite al visitante reconectarse con la naturaleza de forma plena. Visitar la Fortaleza de Santa Teresa, testimonio vivo del pasado: construida en piedra, con murallas y túneles, ofrece una mirada directa al Uruguay histórico. Sus playas son variadas: desde Playa Grande, Playa La Moza y Playa Achiras.
A pocos kilómetros se encuentran también dos joyas naturales: Área Protegida Cerro Verde e Islas de la Coronilla así como también la Laguna Negra y Potrerillo de Santa Teresa con humedales, paisajes que invitan a la contemplación y el avistamiento de fauna.
Punta del Diablo, con otro renglón aparte, es un antiguo pueblo de pescadores que respira historia y tradición en cada calle de arena, barca en la costa y casita colorida frente al mar. Sus playas ofrecen postales diversas: la familiar Playa de los Pescadores, donde la pesca artesanal marca el ritmo diario; la poderosa Viuda y la magia del Rivero. Combina diversos tipos de alojamientos con encanto, ferias artesanales, rincones para el relax y gastronomía basada en productos frescos del océano. Al caer la noche, el microcentro se ilumina con música en vivo, micro toques, bares y resto, invitando a compartir la magia del pueblo bajo las estrellas. Muy cerca del Parque Santa Teresa, La Coronilla es un balneario casi virgen, rodeado de palmares y próximo al Área Protegida Cerro Verde. Con su puente colgante y ambiente sereno, invita al relax y al contacto pleno con la naturaleza.
Frontera, historia y compras: Barra del Chuy, Chuy y San Miguel
Al norte, la ciudad de Chuy, ofrece una experiencia binacional de compras, gastronomía fusión y cultura, con una amplia variedad de Free Shops y comercios abiertos todo el año.
Es el lugar ideal para quienes buscan comercio, historia y un cruce de identidades entre ambos países. Muy cerca se encuentra el Parque Nacional San Miguel que invita a recorrer senderos entre bosques nativos, humedales y fauna local, coronados por el histórico Fuerte San Miguel, testigo de disputas y fronteras en tiempos coloniales, hoy rodeado de naturaleza y silencio. Hacia la costa, y a solo 9 km de la ciudad de Chuy, Barra del Chuy completa el circuito con una extensa playa y un Parque de Aguas que se ha transformado en un imperdible para las familias, acompañado de variadas actividades culturales y recreativas.
Sabores de Rocha: la cocina que nace del territorio
Sabores de Rocha es mucho más que una propuesta gastronómica: es una forma de entender el destino a través de su gente, su tierra y su mar. Productores y cocineros se unen para llevar a la mesa una cocina auténtica, que honra ingredientes locales y de estación, como el camarón, las almejas, el sirí de las lagunas, las algas, la pesca artesanal, los frutos nativos, las hortalizas de chacra, las carnes criollas y los vinos Rochenses.
Rocha: un territorio para moverse
Rocha es un destino ideal para quienes disfrutan viajar en movimiento: su costa invita a disfrutar sus playas, realizar deportes y actividades al aire libre, mientras que el interior ofrece paisajes, establecimientos agroturísticos y experiencias auténticas en contacto con la historia y la gente local. Caminos rurales permiten recorrer el territorio en bicicleta, a caballo o en vehículo, conectando con pueblos históricos, tradiciones y paisajes únicos como las sierras de Rocha y la Ruta 15 hacia Velázquez y Lascano, donde los Cerritos de Indios narran milenios de historia. Fiestas como el Festival del Lago o el Asado con Cuero celebran la música, la gastronomía y la cultura del campo. Otra experiencia destacada es la Ruta del Arroz, que atraviesa el corazón productivo del departamento y ofrece espejos de agua y avistamiento de aves durante la siembra, conectando Rocha con Velázquez, Lascano, 18 de Julio y San Luis.
Rocha no solo se recorre: se siente y se disfruta. Es un lugar para pasear sin prisas, donde cada experiencia conecta con el territorio al ritmo de quienes la viven. Una invitación a poner el reloj en modo Rocha y conectar con la naturaleza de cada quien: explorar, relajarse, celebrar o aventurarse… aquí cada experiencia encuentra su lugar, porque Rocha lo tiene todo