Diciembre invita a celebrar las fiestas de fin de año con alegría, esperanza, tradición y magia. Hogares y espacios públicos de todo el planeta lucen pintorescos al desplegar el arte de la decoración navideña, renovando con luz y color viviendas, locales comerciales, plazas, monumentos y otros rincones del mundo. La Navidad es una temática de gran impacto estético que engloba costumbres y rituales que emocionan y resultan inolvidables por combinar fe, creatividad y trabajo en equipo.
Escribir con ilusión una carta destinada a Papá Noel esperando que él haga realidad los sueños infantiles, armar e iluminar el clásico arbolito navideño y colgar muérdagos en la puerta de las casas son prácticas que se renuevan temporada tras temporada en distintos países.
Creencias, tradiciones y estilos ornamentales se conjugan en cada decoración de Navidad. En los últimos años, gracias a los recursos tecnológicos que permiten visibilizar al instante celebraciones y despliegues escénicos de cualquier lugar del mundo, es posible descubrir y apreciar a escala internacional cómo se prepara cada ciudad para recibir a la Nochebuena y, poco más tarde, cerrar un año e iniciar otro con buena energía y expectativas renovadas.
Ya en noviembre comienzan a engalanarse numerosas localidades con guirnaldas, figuras alusivas a la Navidad, estrellas y pinos adornados con bolas, velas y campanas. En algunos sitios, la caída de nieve, ya sea natural o artificial, aporta un marco idílico a las escenografías navideñas, donde tampoco faltan las chimeneas en las cuales se suelen colgar medias para que Santa Claus recuerde dejar cerca o dentro de ellas los obsequios.
También las leyendas propias de esta época, el envío de tarjetas o saludos cargados de buenos deseos y los concursos que premian las mejores decoraciones se multiplican como parte del más fraterno espíritu navideño.
Cada comunidad, en base a su historia, cultura y credo, elige diseños y modos de celebrar estas fechas que ponen los sentimientos a flor de piel. Así como los católicos se congregan en misas, se deleitan con villancicos y honran la historia religiosa con pesebres vivientes, otros se limitan a reunirse motivados por el lado más comercial y festivo de la Navidad. De este modo es habitual encontrar entre el 24 y el 25 de diciembre mesas elegantes preparadas con amor, originalidad y exquisiteces saladas que anteceden al momento del brindis, una costumbre que se complementa con pan dulce, galletas de jengibre, garrapiñadas, uvas y otros manjares.
A lo largo de su travesía mundial a bordo de su típico trineo tirado por renos, Papá Noel encuentra majestuosas decoraciones en los principales destinos turísticos. Los poblados alejados de las grandes ciudades tampoco escatiman en detalles ornamentales, pero las ambientaciones navideñas más sofisticadas sin dudas consiguen espacio en los grandes entornos urbanos.
Tradiciones mágicas
El trabajo artesanal, los valores religiosos y el patrimonio cultural de cada país se entrelazan en la decoración navideña que viste de fiesta las calles con creaciones vistosas desbordantes de brillo y color.
Pinos y abetos atravesados por una maravillosa iluminación cuando se transforman temporalmente en árboles de Navidad, trineos inmensos y sillones majestuosos dispuestos estratégicamente para que Papá Noel se fotografíe junto a los niños que, en diferentes ciudades, se acercan a dejarle una cartita y los mercados navideños son clásicos que aseguran deleite visual y emociones intensas.
Tener la posibilidad de viajar en diciembre en plan turístico es una experiencia recomendable e imperdible, en especial si se opta por sitios que potencian la hermosura de sus paisajes y joyas arquitectónicas honrando y avivando la tradición navideña.
Sentirse parte de un cuento es posible al pasear por Alemania cuando se activa el modo navideño creándose de esta forma una atmósfera de ensueño, así como es igualmente impactante recorrer Reino Unido en vísperas de Navidad para patinar sobre hielo, disfrutar espectáculos temáticos, sorprenderse con esculturas de hielo y maravillarse con obras luminosas gigantes.
También resulta conmovedor descubrir en vivo y en directo cómo Francia exalta su encanto natural con luces, figuras y otros motivos relacionados al 24 y 25 de diciembre. Otro destino ideal para regalarse unas fiestas inolvidables es Suiza, donde los adornos, la música y todos los rituales generan un clima perfecto de celebración.
Aquellos que todavía recuerdan las peripecias de Kevin McCallister en “Mi pobre angelito”, en tanto, marcan a Nueva York como la ciudad estadounidense perfecta para aguardar el paso de Santa Claus. Abundan las atracciones navideñas allí, pero un recorrido por la Quinta Avenida y posar junto al colosal árbol encendido en el Rockefeller Center son dos actividades que nadie pasa por alto.
Una propuesta integral basada en gastronomía típica, oferta comercial temática, shows y esfuerzos ornamentales que nada tienen que envidiarle a las ambientaciones de las más ambiciosas producciones cinematográficas, por otra parte, posiciona a Budapest entre los destinos predilectos de los amantes de la Navidad, acontecimiento que también inspira decoraciones de primer nivel en la región de Laponia y en ciudades como Venecia, Praga, Sidney y Río de Janeiro.
Por fortuna, hay alternativas en todos los continentes para que todos tengan la oportunidad de conocer y aprovechar múltiples maneras de celebrar el nacimiento de Jesús y perpetuar símbolos y escenas de raíz religiosa, como el pesebre, la Estrella de Belén, los Reyes Magos y las campanas.
Estar en Hong Kong en época navideña, aseguran aquellos que han vivido la experiencia, es un pasaje directo a una vivencia excepcional colmada de estímulos sensoriales, mientras que visitar Atenas en diciembre es otra opción a considerar si la idea es tener un acercamiento a la cultura griega a partir de sus expresiones artísticas y costumbres vinculadas a Navidad.
Argentina, por supuesto, es otra tierra seductora para hacer de esta fecha una ocasión preciosa para apostar por el amor, la esperanza, la felicidad, la unión familiar y la energía positiva. Le dan un marco especial a este festejo con arbolitos, luces, moños y papá noeles lugares como Villa General Belgrano, Bariloche, Capioví y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por mencionar parte de los destinos donde el esfuerzo físico y económico de mucha gente se traduce en decoraciones navideñas originales y dignas de admiración tanto dentro como fuera del país.
Cada comunidad, en base a su historia, cultura y credo, elige diseños y modos de celebrar estas fechas que ponen los sentimientos a flor de piel. Así como los católicos se congregan en misas, se deleitan con villancicos y honran la historia religiosa con pesebres vivientes, otros se limitan a reunirse motivados por el lado más comercial y festivo de la Navidad.